A veces la vida te pone retos aparentemente insalvables, bien por la gravedad, por su cantidad, por la duración… o todo al mismo tiempo.
Familia, amigos, trabajo, economía, salud… alguno de estos pilares de tu vida ¡o todos! pueden ir mal y en esos momentos parece imposible poder estar bien. Es entonces cuando el ánimo, las fuerzas, la relación con terceros y hasta nuestra salud, se resienten. Llegamos a no reconocernos. Nuestro carácter cambia, perdemos la perspectiva, la esperanza, la capacidad de reacción y nos bloqueamos envenenándonos con discursos internos que no ayudan. Nos vemos embargados por un cúmulo de sentimientos y emociones incapacitantes que, por otra parte, son perfectamente son lícitos y humanos.
Sin embargo, el problema está en anclarnos ahí… en ese lugar en el que nos encontramos totalmente perdidos e intentando salir de un charco de arenas movedizas (y con esa agotadora sensación de que cuanto más luchas, más te hundes).
Si es esta tu situación, tienes que saber que hay herramientas que nos permiten ver y recorrer esa travesía de manera amable, sin perder el control y poniendo las bases para recuperar las riendas de tu vida.
HOY COMPARTO CONTIGO 10 TIPS QUE PUEDES PONER EN PÁCTICA DESDE ¡YA! PARA AYUDARTE EN ESTE CAMINO:
1.- Tómate un tiempo para ti mismo todos los días. Dedica unos minutos a meditar, hacer yoga, tomar un café (disfrutando con todos los sentidos) o simplemente sonríe mientras respiras profundamente (estás sufriendo, pero estas aquí ¡y estas vivo! ¡celébralo!. ( Si no tienes 10 minutos, dedica 5 y si no tienes 5, dedica 1, pero regálate un momento para ti, para hablarte amablemente, para abrazarte con cariño, para reconciliarte con el niño que eras, cerrar los ojos y disfrutar de algún pequeño placer). Te lo mereces.
2.- Haz ejercicio regularmente. El ejercicio libera endorfinas, que son químicos que te hacen sentir bien y te ayudan a reducir el estrés (cortisol)
3.- Rodéate de personas que te apoyen. Busca amigos y familiares que te brinden amor y comprensión.
4.- Practica la gratitud. Toma unos minutos cada día para reflexionar sobre las cosas por las que estás agradecido.
5.- Limita tu consumo de noticias, redes sociales y el tiempo de exposición a personas tóxicas que sólo cuentan penas y desgracias. A veces, la sobrecarga de información puede ser abrumadora.
6.- Haz algo que te guste. Dedica tiempo a tus pasatiempos y actividades favoritas. Es efectivo incluso, si no te queda otro remedio, imaginar estas situaciones, viéndote allí donde deseas, la mente es poderosamente efectiva viviendo situaciones imaginarias (tanto buenas como malas, y la reacción física de tu cuerpo responde a estos pensamientos), así que sonríe y disfruta aunque sea mentalmente de lo que quisieras estar haciendo, tu salud lo agradecerá y te pondrá en mejor situación para afrontar la realidad.
7.- Aprende a decir «no». No te sientas obligado a aceptar todas las solicitudes de los demás. Aprende a priorizar tus necesidades.
8.- Mantén una dieta saludable y equilibrada. Comer alimentos saludables y nutritivos ricos en omega 3, y desterrar alimentos con excitantes (como exceso de bebidas con cafeína, chocolate etc…) puede ayudarte a sentirte mejor física y emocionalmente.
9.- Encuentra un hobby o proyecto creativo. Hacer algo creativo puede ayudarte a reducir el estrés y encontrar la calma y mantener tu mente ocupada y alejada de las preocupaciones.
10.- Busca ayuda profesional si es necesario.
Esto son pinceladas genéricas de herramientas que te pueden servir para encontrar la calma en momentos difíciles, pero hay innumerables maneras de hacerlo de manera mucho mas concreta y personal trabajando las emociones, el apego, la búsqueda de propósito etc… que te ayudarán a retomar el rumbo y ver por fin luz y horizonte en tu camino. Si sientes que estás luchando para encontrar la calma por tu cuenta, y lo consigues, busca la ayuda de un terapeuta o consejero capacitado. Lo importante es no quedar anclado en el sufrimiento, porque aunque parezca mentira, poniendo de tu parte, se puede conseguir estar bien …aunque todo vaya mal.
Stella Goñi.